Nota: 6 (***)
Una película sobre el clásico chico muy inteligente, pero sin dinero y que hace lo posible para conseguirlo trabajando a cambio de un sueldo bajo. Entonces descubren su talento y le proponen una forma de hacerse millonario y ganar más dinero del que jamás ha tenido: contar cartas e ir a Las Vegas. Gracias a su mente consigue, mediante signos y trucos, saquear (legalmente), un casino. Deja al lado a sus amigos y el dinero le posee. Una historia un poco típica, ¿no?
La verdad es que es un film que no posee nada brillante. Todos los actores se limitan a actuar y ni Fishburne ni el estupendo Spacey, sacan a la luz su talento (siendo los dos mejores del reparto), limitándose a memorizar el guión y mostrando lo que ya muchos han hecho en papeles anteriores con similitudes.
Muchos de los acontecimientos son demasiado predecibles. Incluyo los gags que se han podido apreciar en miles de películas y el propio final que, sin ser malo (pues puede haber sorpresa), me lo esperaba habiendo visto durante la anterior hora y pico, lo que he visto. Con esto quiero decir que el final algunos se lo esperarán y otros (los que no hayan visto más películas de este estilo), les resultará más satisfactorio.
La película no aburre en casi ninguna parte del metraje y, a pesar de lo nombrado antes, hay momentos en los que llega a causar intriga y tensión.
En cuanto a lo referente al director, Robert Luketic, un hombre prácticamente deconocido que solo ha hecho malas comedias como "Legally Blonde", ésta podría ser considerada su mejor película en lo referido a lo técnico y entretenimiento, pues no es mala del todo y de ahí, mi aprobación.
Aún, así esto se podría haber llevado a la pantalla con más estilo y, en lugar de haber escogido esta temática, haberse inclinado por la verdadera historia que hace años ocurrió, sobre los verdaderos alumnos del MIT y en la verdadera circunstancia y ambientación.
Resumiendo, una buena película para pasar un rato entretenido en el cine.
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